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JOYERO

Es un mueble cuyo uso se remonta hace un par de siglos atrás. Además de su función decorativa, cumple la principal, que es mantener en orden todos nuestros objetos de valor, como anillos, pulseras, collares, broches…

Un armario joyero para cada estilo es tan funcional porque nos evita tener que pasar minutos buscando en diferentes joyeros la pieza que buscamos. De esta forma, tenemos todo organizado en diferentes compartimentos.

Por norma general, el armario más conocido es el que es alargado y alto, casi como una persona. Tiene una base que ayudan a su equilibrio, y puede estar apoyado contra una pared o en el medio de una habitación.

Se abren como un armario normal, con una puerta que nos deja ver su interior. El armario tiene diferentes compartimentos para guardar las distintas joyas, cosméticos, perfumes y otros de forma ordenada y clasificada. También existe el armario más pequeño, de dimensiones más reducidas, y que se puede colocar encima de una cómoda, de una mesa, o encima de cualquier superficie.

ZAPATERO

El calzado se puede guardar en un armario convencional con el resto de la ropa o destinar un mueble específico para su conservación. El mueble donde se guardan los zapatos recibe el nombre de zapatero y se suele destinar al vestidor o dormitorio. Sin embargo, también se presentan con terminaciones de calidad para colocarlos en recibidores, pasillos u otras zonas nobles de la casa.

Los más característicos son muebles con una o varias bandejas en la que se sitúan los zapatos apoyados sobre un soporte. Pueden combinarse con otros elementos como cajones superiores en los que guardar los útiles de limpieza. La bandeja permite además reducir el fondo del mueble pudiendo así colocarlo en espacios muertos o poco útiles (detrás de una puerta, por ejemplo). Muebles que, a modo de armario pequeño, contienen baldas para colocar los zapatos y se cierran con una puerta.